Casualidades de la vida que van uniendo caminos, conocí a Virtu cuando amueblaba mi casa, luego bailamos juntas… conocernos previamente hizo que la sesión saliera muy natural, un ambiente relajado lleno de risas y complicidad.
La sesión de fotos era algo que esta pareja quería hacer desde que supieron que iban a ser papás, la mamá la llamó “mi capricho de embarazada”, querían recordar este momento. Quizás fue esa ilusión, y como se divirtieron (parecían dos niños pequeños con zapatos nuevos) lo que hizo que las fotos surgieran incluso sin estar planeadas; como fotógrafa, es importante saber captar esos momentos improvisados que a veces lo dicen todo.
Un placer retratar estos momentos de dulce espera.
Nos vemos en la siguiente sesión